Con mucho entusiasmo, emprendimos de madrugada nuestro viaje a la provincia de Salta. Luego de varios kilómetros y horas de manejo, recorriendo paisajes increíblemente bellos, llegamos a Cafayate, en busca de nuevas sensasiones… ¡Y sí que las encontramos!

Tras una merecida noche de descanso y un buen desayuno, nos dirigimos camino a Yacochuya, para encontrarnos entre viñedos y cardones con la Bodega Domingo Molina. Allí, nos esperaba Carola, para realizar la visita guiada y la tan ansiada degustación.

El día no pudo a ver estado mejor, el otoño nos regala esos contrastes de colores inmejorables, es por eso que decidimos recorrer los viñedos acompañados de nuestras copas, «obviamente» llenas de vino. Entretenidos con las fotos y la caminata, de repente nos vimos sorprendidos por enormes hileras cargadas de uvas, la alegría fue inmensa y no pudimos resistir la tentación de probar una exquisita Malbec.

Con las bocas teñidas y las copas vacias, comenzamos nuestro regreso, dejando atrás un terroir privilegiado, en el cual regalan su máxima expresión uvas como la famosa Torrontés, el olvidado Merlot, el sorprendente Tannat, el infaltable Malbec, etc.

Una vez más, gracias Bodega Domingo Molina por recibirnos.

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